sábado, 5 de marzo de 2011

Capítulo III

LA VUELTA CICLISTA EN EL PASILLO

A pesar de que había una habitación de juegos a Javi le gustaba mucho mas, para ciertos juegos, utilizar el largo pasillo, tal vez era su longitud lo que proporcionaba al juego mayor interés.

El pasillo tenia forma de una gran T, este pasillo comenzaba desde la puerta de la vivienda hasta llegar a un mueble que era claramente visible desde la puerta de entrada, llegado hasta ese punto el pasillo se bifurcaba en dos partes una a derecha y otra a izquierda, de esta manera se construía claramente la T, a los lados del pasillo iban surgiendo las habitaciones o en su defecto daban a uno de los dos patios interiores de los que estaba provisto el edificio, por tanto esta situación era idónea para que se celebraran las duras y largas etapas de la vuelta ciclista, el suelo del pasillo estaba formado por baldosines de pequeño formato, se diría que estos baldosines cuadrados no tendrían más de diez centímetros por lado, lo cual era lo más idóneo para ubicar sus ciclistas de plomo, el conjunto de estos ciclistas contemplaban distintos equipos, uniformados con vistosos colores. Javi tendría no menos de siete u ocho equipos, no todos los ciclistas tenían la misma postura inclinada sobre el manillar de sus bicicletas, los había más erguidos, mas agachados, algunos miraban hacia atrás, otros bebían de sus cantimploras, solo había uno que con una sola mano en el manillar y la otra en alto en señal de victoria al traspasar la meta en primer lugar, este único corredor fue automáticamente su favorito y por tanto todo el equipo debía trabajar para que consiguiese la victoria.

El sistema de juego no era demasiado complicado, Javi siempre fue consciente que sus diferentes modos de juego eran infinitamente superiores a los de otros niños de su edad, tal vez la soledad, su timidez y el ambiente que le rodeaba hizo que su imaginación a la hora de jugar fuese desbordante y absolutamente original, nadie en el mundo podía jugar como Javi, o al menos eso creía él.

Cada baldosa seria una casilla, posteriormente había que determinar el recorrido, el cual podría ser más o menos sinuoso o en una o varias rectas y establecer que baldosas formarían la montaña, aunque en algunas de las etapas no se establecían casillas de montaña y otras veces se destinaban en el recorrido varias partes de montaña, una vez definida la longitud, recorrido y montaña se situaban los ciclistas en la baldosa de salida, entonces comenzaba la etapa, por supuesto la vuelta ciclista constaba de un numero de etapas, esto hacia que la vuelta durase varias semanas, además había que hacer varias carreras, por supuesto era necesario de dotar a todos los ciclistas de nombres, nombres que eran los reales de los ciclistas profesionales de la época, pero claro, sucedía que Javi no conocía los nombres de ciclistas de todas las nacionalidades, pero eso no era un escollo para él, no tenía ningún problema para inventarlos, eso sí, acorde a la nacionalidad necesitada.

Evidentemente, Javi apuntaba los resultados de la etapa, los nombres, posiciones de llegada y tiempos en segundos y minutos, realizando posteriormente la clasificación general sumando, restando y anotando finalmente las posiciones y tiempos de diferencia entre unos corredores y otros.

Javi utilizaba un dado para hacer avanzar a los ciclistas, según el numero que salía ese era el numero de casillas que podía avanzar el ciclista, por supuesto que la operación de avance debía hacerse con todos y cada uno de los ciclistas, cuando salía un seis ese ciclista tiraba de nuevo el dado y podría avanzar de manera adicional lo que daba la nueva tirada de dado, la ayuda que podía recibir el ciclista favorito de Javi era que si estaba situado en la misma casilla que uno de los integrantes de su equipo podía permutarse el resultado del dado de uno por el otro, de este modo el favorito podía beneficiarse de la mejor tirada.

Tal vez Javi se divertía más con el establecimiento de los resultados así como de todas las anotaciones que llevaban comparándolas con otras carreras, porque repetía las carreras a modo de temporadas, por supuesto llevaba un control de los diferentes campeones de cada carrera y temporada realizada.

Además de estas carreras, Javi se confeccionaba con las chapas de las bebidas refrescantes ciclistas, recortando y colocando dentro de la chapa un cromo del ciclista, rodeando con cera los bordes para que adquiriese cierto peso y se deslizara sin dificultad y control a través del suelo, estos impulsos debían realizarse con cierta posición de los dedos. También utilizaba las chapas para formar equipos de futbol, forrándolas de tela por el exterior y presionando el corcho de la chapa en el interior para que quedase sujeto, para realizarlo se debía sacar el corcho interior inicialmente con mucho cuidado de no romperlo, después pintaba la tela con el color del equipo y escribía el numero del jugador, se organizaba un campo con unas porterías y con un trozo de corcho previamente redondeado a modo de balón se impulsaba este golpeándolo con la chapa del mismo modo antes descrito.

Todas estas actividades deportivas podían celebrarse en cualquier sitio de la casa, pero generalmente las carreras se hacían en el largo pasillo, los partidos de futbol los hacía o bien en el hall o en el cuarto de juegos.

Javi, era un jugador nato, el juego era el sentido de su vida o era la forma de encerrarse en sí mismo, porque casi siempre jugaba solo a pesar de que tenía tres hermanos mas, Amelita, que era la mayor, no estaba en la casa por un motivo que a Javi le parecía extraño e incomprensible, vivía con los abuelos y venia a comer un día por semana o puede que fuesen varios, aunque él no lo recuerda, recordaba que llamaban al timbre y aparecía Amelita de la mano del abuelo, a Javi siempre le extrañaba porque nunca subía la abuela o al menos eso es lo que dice él, cuando el abuelo dejaba a Amelita, Javi corría a la ventana y veía a la abuela dentro del magnífico coche del abuelo esperándole, siempre se pregunto porque la abuela no subió nunca, Javi se dio cuenta o al menos creyó que su abuela no los quería.

Al principio Javi envidiaba a su hermana y pensaba que tal vez algún día Amelita se quedase en la casa y el abuelo le llevaría a él a su casa, disfrutando a partir de ese día de las ventajas de la hermana, aunque en contrapartida también pensaba que la abuela también estaría en la casa y esa parte no era para nada de su agrado, por tanto prefería que las cosas finalmente se quedaran como estaban, de este modo continuó con sus juegos en el pasillo como si nunca hubiese pasado tal idea por su cabeza.

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